El 25 de noviembre de 1915, Albert Einstein anunciaba ante los miembros
de la Academia de las Ciencias de Prusia, en Berlín, la versión
definitiva de su Teoría de la Relatividad General. Este año se cumple
un siglo de aquel acontecimiento histórico que proporcionó una nueva
forma de entender el Universo y las leyes que lo gobiernan. Con este
nuevo capítulo de Ciencia y Genios comenzamos una serie de programas que
intentarán poner al alcance de todos distintos aspectos históricos,
teóricos y experimentales de la Relatividad General. Los programas se
irán publicando a lo largo del 2015 en los podcast de “Ciencia y
Genios”, “Hablando con Científicos” y “Vanguardia de la Ciencia” de
CienciaEs.com. Hoy queremos dar un paso más con esta nueva obra
centrada en las circunstancias y las dificultades que guiaron a Einstein
en el camino que va desde la primera de sus teorías, la Relatividad
Especial o Restringida, publicada en 1905, hasta la Teoría de la
Relatividad General de 1915.
Sonia Fernández-Vidal es Doctora en Información y Óptica Cuántica por la
UAB. Sonia trabajó como investigadora en algunos de los centros más
prestigiosos del mundo como son el Centro Europeo de Investigación
Nuclear (CERN) en Suiza, el Laboratorio Nacional de Los Álamos en
Estados unidos o el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) en Barcelona.
Sonia se dedica a la divulgación científica y tiene como objetivo el
hacer de la ciencia algo divertido, apasionante y fácil de entender.
Autora de los libros “Quantic Love” y “La Puerta de los Tres Cerrojos”,
una novela de divulgación científica de gran éxito de ventas y traducida
a 11 idiomas. Paralelamente, Sonia es directora de innovación y
estrategia en Clacktion, empresa de marketing online analítico y
conferenciante de empresa donde muestra como convertir las
organizaciones en laboratorios de investigación.
Laila ha decidido pasar las vacaciones trabajando de camarera en el
CERN, el Centro Europeo de Investigación Nuclear. Así ganará algo de
dinero antes de ir a la universidad y a la vez podrá pasar una temporada
en el centro de investigación más avanzado del mundo.
Cuando Laila llega al CERN descubre dos cosas. La primera es que los
científicos también saben divertirse. No hay más que ver a Angie, su
compañera de cuarto, que es tan guapa como inteligente y no tiene
dificultad para compaginar su trabajo de investigación con las fiestas
universitarias. La segunda es que se puede ser muy listo para unas cosas
y muy poco para otras. Es la única explicación para que Brian, que es, a
todas luces, un cerebrito, tenga tanta dificultad para expresar sus
sentimientos.
Por suerte, Alessio no tardará en hacer su aparición. La ayuda con su
trabajo en la cafetería, puede hablar de algo más que de neutrinos (él
es periodista, no científico) y le levanta el ánimo cuando se siente
estúpida entre tanta mente brillante. Entonces, ¿por qué no puede dejar
de pensar en Brian?
Es cierto que el esquema del libro es clásico (una chica, dos chicos,
un malentendido que produce un conflicto…), pero está muy bien llevado.
Tiene buen ritmo, todos los personajes se comportan de una manera
coherente y son bastante originales (adiós capitán del equipo de
béisbol, hola periodista italiano veinteañero) y la fluidez con la que
Sonia Fernández-Vidal se expresa hace que pasemos las páginas sin darnos
cuenta.
Quantic Love puede parecer una
novela de física disfrazada de ficción, pero que nadie se equivoque: es
la historia de Laila y la gente que conoce ese verano (amores y
desamores incluidos), aderezada con las anécdotas científicas que va
apuntando en su Moleskine. ¿Sabías, por ejemplo, que la World Wide Web
se creó en el CERN? ¿O que en torno a 2030 se logrará crear una energía
limpia y casi ilimitada, uniendo los átomos en lugar de separarlos? ¿Y
sabías que la razón por la que Einstein se hizo tan famoso en 1919 fue
porque lo entrevistó un periodista deportivo que lo entendió todo al
revés?
Son precisamente las anécdotas científicas y la original ambientación lo que hace que Quantic Love, más que una novela de amor al uso, sea una novela de amor cuántico.